martes, 23 de abril de 2013

Acariciando el Ego



Cuando una persona se está iniciando en una organización y este en un proceso de crecimiento como líder, debe tener especial atención en que su equipo desee escalar posiciones por sus meritos a través de un proceso de maduración, adquiriendo experiencias para así poder convertirse en profesionales más capaces para tomar decisiones y desarrollen su propio estilo de pensamiento gerencial, en pocas palabras, es necesario que el nuevo líder tome en cuenta a los empleados que estén bajo su cargo y poco a poco vayan alcanzando su crecimiento como futuros líderes dentro de la organización.

En mi experiencia he podido comprobar que un número considerable de ocasiones el líder pierde un poco sus perspectivas cuando se enfrentan con un monstruo impresionante llamado ADULADOR. Los Líderes con experiencia y seguros de sí mismo detectan a estos aduladores y han desarrollado anticuerpos para mantenerlos a distancia de la manera más natural y diplomática posible, pero los nuevos líderes que comienzan a enfrentar ciertas situaciones caen en sus redes con relativa facilidad, ¿Por qué? Porque cuando estás en ese proceso de ascenso como ser humano necesitas reconocimiento, y es eso precisamente  lo que un adulador intuye de manera natural.

Imagina por un momento que estas ascendiendo en una organización, estas consiguiendo resultados, tienes a un equipo de 10 personas que trabajan para ti y el buen resultado del equipo te hace resaltar lo cual te pone en la mira de la Junta Directiva, ahora bien dentro de tú equipo seguramente hay niveles en los aportes y como la regla de Pareto es Universal, seguramente el 80% de esos buenos resultados te los da el 20% de tú equipo, es decir dos personas, las otro 08 personas son empleados buenos pero más cercanos al estándar o promedio, de esos 08 empleados por lo menos uno está por debajo del estándar, es decir,  el menos productivo estará más pendiente de cómo van los resultados que de hacer mejor su trabajo, por lo cual al estar tan atento de los resultados colectivos del equipo generalmente es el primero en darle las noticias de los resultados, es el primero en felicitarlo por lo “Buen Jefe” que es usted, le dice lo mucho que la empresa lo necesita, cuanto ha mejorado la empresa desde que usted está aquí y claro está, lo mucho que lo admira a usted y cuanto desea seguir sus pasos.
Usted está feliz por cómo están saliendo las cosas, esta persona se convierte en su espejito-espejito y usted se siente grande, ¿Qué es lo que esta persona está haciendo realmente?, pues le esta acariciando  el EGO.

Esto puede no parecer la gran cosa, pero, sí es muy peligroso, Porque usted cómo líder que desea lo mejor para su equipo con el pasar del tiempo desarrollará cierta dependencia de este empleado y cuando esto ocurra y a usted le toque decidir sobre cosas delicadas como aumentos o ascensos su parte emocional puede inclinarse por esta persona y favorecerla y el resto del equipo que hasta ese momento no le importo demasiado la baja productividad de este empleado sí sentirán su favoritismo porque usted a dejado de lado la productividad y los resultados por su ego, algo que si va a complicar muchísimo el panorama de usted como líder.

Cuando esto ocurra usted se verá en un dilema terrible, ¿Cómo puede enfrentar esta situación?

Puede tratar de reparar el error dándoles a todos el mismo trato, pero no es garantía, sus empleados ya estarán dudando de su criterio y eso sería fatal para su Liderazgo, su EGO se verá afectado y seguramente su espejito-espejito lo presionará, le recordará lo fiel que es con usted y bla, bla, bla, por esto la mejor medicina es evitar que lo adulen desde el principio.

Con esto no quiero decir que usted no deba aceptar de buena gana los reconocimientos que le den, lo que debe hacer es ser honesto con usted mismo y saber cuándo lo que le dicen es cierto y cuando exageran para acercarse a usted. La medida es simple, si una persona habla de usted como si estuviera muerto y aún respira, seguramente lo está adulando.  Agradezca los gestos pero trate de no engancharse, responda con algo positivo de la persona pero sin exagerar usted tampoco, si la persona es insistente en sus comentarios, reúnase con esa persona y sea muy claro, demuestre su integridad y si lo cree conveniente ponga la capacidad de esa persona a prueba, colóquele actividades que ameriten profesionalismo y exíjale al máximo, si la persona tiene potencial tendrá un líder en potencia que puede ser de gran ayuda para usted y esta persona al estar ocupada alcanzando su máximo potencial se estará ocupando más en su papel dentro de la Organización que en adularlo a usted.

La tarea inicialmente no es fácil pero el resultado será sumamente satisfactorio, si se encuentra en este dilema tome nuestros consejos y luego nos comenta sus resultados.

Hasta la próxima  
Jimmy Canelones
@LiderActivo
@jimmycanelones

Cuida a tú cliente


                           

Estoy seguro que vamos a coincidir en que el alma de cualquier empresa, negocio o iniciativa es el cliente, si no logramos, conseguir y mantener clientes ningún proyecto tiene sentido y no lo digo en el sentido monetario solamente porque algunos proyectos o empresas no dependen financieramente de sus clientes, como por ejemplo las Instituciones sin fines de lucro, ó algunas ONG´s, imaginen por un momento una fundación que se dedique a educar a niños desprotegidos a través de la música pero que pasado un tiempo no tienen a ningún niño en sus aulas, ¿Seguiría operando?, ¿Las personas que colaboran con esta causa seguirán dando sus aportes?

La importancia del cliente es tan fundamental que dio pié hace algunos años al “Costumer Relationship Management” (CRM) cuya principal función es “Gerenciar” la relación Cliente-Empresa, estos departamentos que existen principalmente en empresas de gran tamaño cuentan con un presupuesto considerable, si no se considerara importante no existiría tal inversión.

Pero ciertamente decir “El cliente es lo más importante” no es lo más importante, lo más importante es saber realmente ¿Quién es mi cliente? Y una vez que lo determino, brindarle lo que el cliente realmente necesita ya que en algunas oportunidades lo que el cliente realmente necesita no se parece mucho a lo que nos solicita o a lo que nosotros le ofrecemos.

Cuando me refiero a saber quién es mi cliente, las personas algunas veces se ríen y me dicen, Jimmy todo el mundo sabe quién es su cliente, entonces soy yo el que se ríe y les pregunto, ¿Tú sabes realmente quién es tu cliente?, Una cosa es tú cliente y otra muy distinta el cliente de la empresa o de los productos o servicios que vendas.

Para que lo vean más claramente, un amigo mío que es director de un colegio le pregunte quién era su principal cliente y me respondió, sus alumnos, cuando le conteste, los alumnos no son tus clientes se quedo pensando y se rió, me dijo te entiendo, los clientes son los padres de los alumnos que pagan la mensualidad, y le respondí, no tampoco los representantes lo son, me pregunto, ¿Quién es mi cliente entonces?. Lo miré y le conteste, tus clientes principales son los profesores, me miro con cara de incredulidad, me dijo, ¿En serio?, explícame eso, verás tu como director debes tener una relación directa con tus profesores, no puedes estar en contacto directo y personalizado con cada uno de los alumnos que son los usuarios de tus servicios, los docentes trataran a los alumnos proporcional al trato que reciban de ti en representación de la institución, si tus docentes se sienten mal pagados, que no son valorados así mismo harán su trabajo, los usuarios “alumnos” tendrán una educación cada vez de menor calidad y los que pagan por el servicio “los padres” puede decidir buscar a otra institución que preste un mejor servicio que el que les estas dando.

Es una cadena, la mayoría de las empresas se limitan a ver al cliente como la persona o ente que paga por nuestro producto o servicio dejando de lado una gran cadena de clientes en el camino que no están satisfechos y luego queremos que el “Cliente Final” este feliz cuando en el camino hay muchos clientes que están totalmente insatisfechos, es lo mismo que pasa con la calidad, compramos materia prima de calidad dudosa, colocamos a un personal con conocimientos medios y queremos lanzar un producto al mercado que sea altamente competitivo, cuando el producto no puede competir en calidad irónicamente las empresas se preguntan, ¿Dónde fallamos?, es imposible que compitamos en calidad si desde la materia prima estamos fallando, del mismo modo, no podremos tener al cliente feliz si la cadena completa no lo está, piense por un momento en su propia empresa, en su puesto de trabajo, pregúntese, ¿Quién es mi cliente más directo? Y ¿De quién soy cliente directo?, cuando tenga sus respuestas quizá pueda pensar en cómo puedo mejorar ambas relaciones. 

Me parece adecuado que las empresas cuiden a sus clientes finales, pero créanme, si en lugar de eso cada persona cuida a su cliente directo y mejora su relación directa con él muy seguramente podemos despreocuparnos de las personas que usen nuestros productos o servicios porque recibirán más valor de lo que están pagando y nunca pasaremos por el trago amargo de sufrir en pensar cómo mantenerlos.Tan sólo imagine si mi amigo cómo director del colegio comienza a esmerarse en la relación con sus principales clientes (profesores), los apoya, los trata con respeto, los ayuda y anima a crecer, los toma en cuenta en las decisiones, los recompensa cuando puede, les reconoce sus aportes, ¿Cómo creen ustedes que ese profesor tratará a sus alumnos?, seguramente dará un extra a sus alumnos, y si esto ocurre, como creen que se sentirán los padres de estos niños al ver a sus hijos desarrollándose de manera integral. ¿Creen ustedes que si el próximo año el colegio necesita ajustar la matricula, los padres se negarían a pagarla?  Ese es el resultado de cuidar a la cadena de clientes, no sólo al cliente final, si no me cree haga una simple prueba y luego me comenta.

Hasta la próxima.


Jimmy Canelones
@LiderActivo
@jimmycanelones