Hace unos días
escuche a una persona decir, “…vienen
cambios nuevos que debemos adoptar, estoy cansado de tanto cambio, si tan solo
todo fuera siempre igual la vida sería tan sencilla vivirla…” lo dijo en un tono tan deprimente que por
supuesto no pude estar de acuerdo con él, para mí el cambio es lo que nos
mantiene vivos, lo que hace que la vida sea interesante, es lo que hace que un
profesional periódicamente se vuelva a enamorar de su carrera una y otra vez,
cada vez que surge algún cambio importante, algo que lo saque de la zona de
comodidad.
Me he dado cuenta
de algo curioso y muy importante, la actitud hacia el cambio nos coloca en uno
de dos bandos, si nuestra actitud hacia el cambio nos hace sentirnos vivos, nos
gusta y siempre damos el paso adelante para asumirlo como retos interesantes
estamos destinados a ser personas y profesionales de éxito, si por el
contrario, vemos cada cambio como una CARGA que debemos enfrentar sólo para
sobrevivir, seremos personas promedio, y si los cambios son muy constantes a la
larga estaremos abrumados y terminaremos sumergidos en la mediocridad.
Un Líder no
solamente se sitúa en el primer bando, los líderes son personas que
promueven cambios, los buscan constantemente,
su zona de comodidad está en constante movimiento, esa sensación de
incertidumbre ligada a la certeza que todo saldrá bien es una marca de
líder, un líder sabe que acostumbrarse
al cambio es sinónimo de crecimiento, si usted pasa 20 años haciendo su trabajo
de la misma manera, seguramente usted lleva 19 años viendo como otras personas
son cada día más exitosas que usted y como logran mejores resultados, logran
cosas que quizá usted no puede ni siquiera soñar.
Pues no, las
razones fundamentales para mí son dos, primero las decisiones que han tomado
personal y profesionalmente y segundo cómo han afrontado los cambios que se le
han presentado es ese periodo de tiempo.
En relación al
primer punto, tomar decisiones, no se trata solamente de tomar las decisiones
se trata de tomarlas correctamente y a
tiempo, Maxwell dice, “…incluso la
decisión más acertada es incorrecta si se toma tardíamente…”, muchas veces
sabemos lo que debemos hacer pero dudamos demasiado o esperamos a tener
demasiada evidencia de que la decisión es correcta, para que usted tenga el
100% de la evidencia de que es correcta seguramente deberá esperar hasta que
sea demasiado tarde para aplicarla, con lo cual aunque era la decisión correcta
ya no resultará tan conveniente. En términos generales es como trabajar los
músculos, usted no puede inscribirse en un gimnasio y tratar de levantar 120 kg
el primer día, si por casualidad puede con ese peso, seguramente el día
siguiente tendrá que pagar el precio, usted debe comenzar calentando los
músculos, muchas veces el entrenador lo colocará solamente con la barra
sin peso a hacer repeticiones y
progresivamente irá colocando peso en la barra, si es constante en cierto
tiempo si podrá hacer repeticiones con 120 Kg pero dependerá de su constancia y
de tomar la decisión de hacerlo todos los días, de lo contrario podría terminar
lesionado y la “buena decisión” de levantar pesas para mejorar su condición
física se convertirá en una mala decisión.
En relación al
segundo punto, su reacción al cambio opera de manera similar, cuando nos
enfrentamos a un cambio debemos tomar una decisión entre dos opciones, ir con
el cambio ó resistirnos a él, irónicamente tomar la decisión de ir con el
cambio funcionará si lo hacemos oportunamente, recuerde que si decide cambiar
pero cambia tarde, puede ser incluso peor que resistirse al cambio, aunque si
el cambio es obligatorio como lo puede ser una ley, tarde o temprano deberá
cambiar, por lo que le recomiendo ver el cambio como una oportunidad de
crecimiento en lugar de verlo como un monstruo.
Hasta la próxima
Jimmy Canelones
@jimmycanelones
@LiderActivo
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